PLANO A PLANO | Entrevista a David Jiménez, técnico superior en Prevención de Riesgos Laborales

Madrid, 1 de julio de 2021 

P: La semana pasada se aprobaba la retirada de las mascarillas en espacios al aire libre. Como técnico en Prevención de Riesgos Laborales, ¿qué valoración haces de esta medida de liberalización?

R: Por un lado, es una sensación de alivio que yo creo compartimos todos. Sin embargo, en mi opinión, la problemática no radica en las medidas, sino en su puesta en práctica, así como en las interpretaciones que haga cada cual. Una excesiva relajación sería un error y nos pondría en riesgo.

P: Se está diciendo que, en realidad, el uso de mascarillas en espacios al aire libre no tendría que haber sido obligatorio durante este tiempo de atrás…

R; Así es, pero creo que en ocasiones se nos ha obligado a utilizarlas en todas las situaciones para, precisamente, evitar esas “interpretaciones” que cada uno hace de la aplicación de la norma. A veces interpretamos las normas más con lo que nos gustaría que ocurriera, que con la situación real, el riesgo es que se produzca una excesiva relajación. Tenemos ejemplos recientes como Israel, donde se ha producido un repunte en los contagios.

P: ¿Y en el ámbito laboral? ¿Cómo se va a aplicar esta nueva medida? Se me ocurren por ejemplo los rodajes en exteriores.

R: Debemos tener presente que el coste de parar un rodaje durante varias jornadas es muy elevado y que el riesgo de contagio excede el ámbito laboral. Es más, en el caso de los equipos artísticos, es complicado su reemplazo y si tienen que parar… pues nos obliga a parar a todos. ¿La aplicación? Habrá que ver la letra pequeña de la norma y ver cómo la adaptamos. Además, en un entorno de trabajo como el nuestro, en el que hay tanta interacción entre equipos, es complicado quitarse la mascarilla cuando se está a distancia y recordar colocársela cuando se pierde esta distancia de seguridad. También habrá que estar pendiente de la evolución de la incidencia y del comportamiento de las nuevas variantes. Está claro que tendremos que ir adaptándonos, pero con precaución. Las normas que establece la Administración son normas de mínimos, que pretenden la cohesión entre todos, aunque tampoco está claro si desde las comunidades autónomas se van a adoptar más medidas. De todas formas, tengo que decir que los equipos de trabajo de Plano a Plano se han portado de forma extraordinariamente responsable durante estos meses y creo que por eso los casos que hemos tenido (muy puntuales) han tenido una repercusión controlada.

P: ¿Cómo ha sido la adaptación de Plano a Plano de las normas que se han dictado desde la Administración durante toda esta pandemia?

R: En Plano hemos seguido los criterios marcados por el Ministerio de Sanidad, pero en muchos casos se ha ido más allá: se han realizado pruebas de antígenos de forma periódica y cuando ha aparecido algún síntoma, incluso se han realizado PCR’s antes de las incorporaciones, para estar más tranquilos, aunque no estábamos obligados a ello. Hemos sido más precavidos para tener la máxima seguridad posible.

P: Técnicos en PRL, coordinadores COVID y demás personal como tú han tenido una importancia vital en esta pandemia, sobre todo en la adaptación a las nuevas circunstancias. ¿Cómo habéis vivido desde vuestro colectivo todo esto?

R: Para el técnico de Prevención esto ha sido también algo nuevo, por más que estuviéramos curtidos en la profesión y hubiéramos visto prácticamente de todo. Creo que ha servido también para que nuestra labor se haya hecho más visible, que se aprecie también un poco más la tarea que desarrollamos, ya que, a veces, en las empresas la prevención de riesgos era un tema secundario y una figura desconocida para muchos. ¡Y eso que la Ley de PRL es del año 95!

P: ¿Crees que cuando todo vuelva a la normalidad volveréis a esa invisibilidad o algo habrá cambiado en las empresas y en la concepción que tenemos de vuestra labor?

R: Esto nos va a dejar huella a todos. Los técnicos seguiremos en las empresas porque nuestra labor no se limita al COVID, aunque esta situación ha supuesto una urgencia que nos ha reclamado estar más presentes. Quizá esto pueda ayudar a hacer más visible la figura del técnico y a mejorar la cultura preventiva, que es una asignatura pendiente en general, y en el sector audiovisual, de un modo especial.

P: En el balance que se impone cada vez que se afronta el tema de la pandemia, ¿hay un antes y un después en relación con la vacunación masiva? ¿Se sabe el porcentaje de vacunados en las producciones?

R: Realmente eso no lo conocemos ni lo vamos a conocer de manera precisa. No existe obligación de comunicarlo en la empresa para el trabajador. De hecho, la vacunación es voluntaria y preguntar por ello podría crear un agravio comparativo. El balance, más allá de las vacunas, es muy positivo en el último año y pico. En general, no hemos tenido que parar apenas las producciones y hemos podido desarrollar el trabajo con bastante normalidad. Que sepamos, no hemos registrado ningún caso grave con hospitalización, ni siquiera en nuestro entorno y somos muchos, así que la verdad es que estamos muy satisfechos.

P: Confiesa, ¿en alguna ocasión has tenido que ejercer de consejero COVID más allá de las implicaciones laborales?

R: Los técnicos estamos acostumbrados a tener mucha relación con los trabajadores y, además, los que estamos tan involucrados en la formación, pues mucho más. Siempre hemos intentado dar respuesta a las preguntas o inquietudes que han ido surgiendo. Hay que tener en cuenta que todo esto no afectaba solo al ámbito laboral, no olvidemos que estábamos indefensos y las noticias que escuchábamos eran que la gente se estaba muriendo. Y en ese contexto la gente te pregunta, intentas dar respuesta a lo que puedes… y continuas adelante. Ha sido una etapa difícil para todos. La enfermedad nos ha afectado especialmente en lo emocional.

P: Están saliendo a la luz informes que hablan de que la implantación tan masiva del teletrabajo en muchas empresas ha acarreado problemas emocionales, evidenciando la soledad e incluso restando productividad. ¿Cuál es tu opinión?

R: Efectivamente todo esto está ahora sobre la mesa. El teletrabajo hasta la pandemia suponía un porcentaje muy residual, pero obviamente se ha incrementado por necesidad y obligación. Y a partir de ahí ha habido de todo, y es ahora cuando las empresas están evaluando los efectos positivos y negativos. Desde el punto de vista económico (se ha intentado regular quién costea los consumos), desde el emocional (el desapego, la falta de contacto de los trabajadores está pasando factura) e incluso la incidencia que ha tenido en algunos casos en el rendimiento de los equipos. Desde mi competencia, la Prevención de Riesgos Laborales, la verdad es que no podemos evaluar las condiciones del teletrabajador por la inviolabilidad del domicilio particular. Las normas de las que disponíamos estaban hechas para un contexto laboral diferente e inevitablemente es necesario un ajuste.