ENTREVISTA - ASÍ ES EL EQUIPO DE PLANO A PLANO
“LA ARQUITECTURA Y EL AUDIOVISUAL TIENEN MUCHAS COSAS EN COMÚN. NO SON TAN DISTINTOS EN LO QUE A GESTIÓN DE EQUIPOS Y EJECUCIÓN DE PROYECTOS SE REFIERE”
Madrid, 3 de diciembre de 2020
No se puede huir del linaje. Es vano formarte en la carrera universitaria más alejada del universo que te vio nacer y afincarte en la otra parte del mundo y construir edificios de treinta pisos desde los que divisar un mundo distinto al que conocías hasta ahora. Las aguas siempre vuelven a su cauce y, al menos en las grandes estirpes, la continuidad del apellido garantiza reputación y, al tiempo, renovación.
P: Estudiaste Arquitectura Técnica y tu trayectoria la desarrollaste principalmente en Brasil. Estaba claro que de pequeño no te planteabas continuar la saga familiar iniciada por tu padre…
R: No te creas, de hecho, cuando era pequeño me llamaba muchísimo la atención el mundo del cine y la televisión, lo que pasa es que, al llegar a la adolescencia y tener que decidir mis próximos pasos, me decanté por el mundo de la Arquitectura, que también me apasiona…
P: ¿Y nadie intentó retenerte? ¿O tu padre es de los que intentan alejar a sus vástagos en lo que a continuidad de profesión se refiere?
R: No, en absoluto. Él jamás decía “no te dediques a este mundo”, pero tampoco lo alentaba. Alguna vez fui a algún rodaje de pequeño -pocos-, sí que íbamos mucho al cine juntos, pero pese a que me atraía bastante también veía la cantidad de horas que echaba mi padre y lo sacrificado que es este sector y, por ello, tampoco lo veía muy claro.
P: Y acabaste en Brasil. ¿Qué te aportó profesionalmente este cambio geográfico y cultural?
R: Bueno, después de siete años allí, estoy súper agradecido de las oportunidades que he tenido. La verdad es que pude hacer cosas que en España no hubiera imaginado, desde auténticos rascacielos a manejar equipos de obra de más de doscientas personas.
P: Sin embargo, un día decides volver y asumir una nueva responsabilidad, esta vez en Plano a Plano.
R: Sí, estando en Brasil cursé un MBA del IESE que me abrió bastante los ojos. Fue una experiencia muy potente y, una vez terminado, precisamente el día de mi graduación, mi padre me planteó aprovechar esa formación en su empresa. Y bueno, tampoco fue una decisión tan drástica: al fin y al cabo, la arquitectura y el audiovisual tienen muchas cosas en común y no son tan distintos en lo que a gestión de equipos y ejecución de proyectos se refiere.
P: ¿Cómo fue tu desembarco en Plano a Plano?
R: Bueno, vimos la idoneidad de que empezase por el Área Internacional y también, por razones obvias, comandé todo lo referente al cambio de oficina y diseño de nuestra nueva sede. La verdad es que fue el mejor aprendizaje al que me pude someter a la hora de diseñar las nuevas oficinas. El paso previo era ir por todos los departamentos entendiendo las necesidades de cada uno, por lo que pude entender lo que hace cada profesional del equipo y las funciones de cada departamento. Esto me ha conferido una visión general privilegiada que generalmente no se tiene, el poder aprender qué necesidades tienen los guionistas, las instalaciones que se requieren en postproducción, innovar con espacios versátiles, etcétera.
P: Álvaro, ¿pesa más el apellido dentro de la oficina y fuera, dentro del sector?
R: Hasta la fecha no me ha lastrado ni me ha puesto en el punto de mira. Igual el día que tenga que estar más a la cabeza de algo, me pasa… pero de momento lo único que puedo decir es que soy consciente de que puedo generar expectativas distintas en mucha gente y de que las comparaciones las harán con el César Benítez de ahora, no con el de hace treinta años. ¡Ah! De todas formas, alguna vez fuera me han preguntado al ver mi tarjeta si somos hermanos.
P: Desde tu posición en el desarrollo internacional de la compañía, ¿qué balance haces de cómo ha afectado la COVID al posicionamiento de la ficción española?
R: Pues mira, todo esto ha acelerado un proceso en el que Plano a Plano estaba inmerso que no es otro que nuestro plan para internacionalizarnos más y dejar de tener una dependencia absoluta con las cadenas de aquí. Por un lado, porque las TV ya estaban bajando ingresos y posibilidades y, por otro, porque la pandemia ha puesto mucho más de manifiesto a las plataformas. Pero, por contra, creo que esta crisis sanitaria, que también lo es económica, está ralentizando la toma de decisiones, aletargando las reorganizaciones internacionales y el desembarco en España de las nuevas plataformas. Hay desconcierto en todos los sectores y al nuestro le ha tocado que los procesos o las tomas de decisiones que antes llevaban seis meses, ahora nos cuesten un año.
P: Sin duda, España está en un momento dulce desde el punto de vista de la proyección internacional. ¿Qué percepción crees que se tiene desde afuera?
R: Bueno, empezaron fijándose en España como plató de rodaje por el clima y los precios y, al final, tras ‘La casa de papel’, muchos se dieron cuenta de que, además, sabíamos hacer bien las cosas. Nos ven como un país de moda, pero también se percibe que aquí hay talento y que tenemos capacidad… y eso hay que explotarlo.
P: ¿Y es así, estamos aprovechando la coyuntura como deberíamos?
R: Todavía no, deberíamos estar aprovechando todo esto y darle la vuelta… pero entre que no tenemos una industria tan fuerte como deberíamos y que no hay unión entre los productores, el resultado es que seguimos teniendo una limitación de ventanas y presupuestos. Las productoras todavía tenemos que preparar bien nuestro camino.