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ENTREVISTA - ASÍ ES EL EQUIPO DE PLANO A PLANO

• “UNA DE LAS COSAS QUE ME ANIMARON A ENTRAR EN PLANO A PLANO FUE LA OFERTA DE ESTAR EN EL PROCESO DESDE EL PRINCIPIO, DESDE EL MISMO GUION, DESDE LA ESCRITURA DE LA SERIE… ALGO QUE NO ES HABITUAL EN EL SECTOR”

• “SOMOS UN EQUIPO MUY COHESIONADO EN EL QUE LA MAYORÍA LLEVA MUCHOS AÑOS Y MUCHOS PROYECTOS TRABAJANDO JUNTOS. DISFRUTAMOS CON ELLO Y CADA UNO APORTA SU GRANITO DE ARENA. ES FÁCIL CONFIAR Y TRABAJAR EN EQUIPO EN ESTE CONTEXTO”

“VALORAR UN MONTAJE ES MUY DIFÍCIL PORQUE PARA ELLO TIENES QUE SABER DE QUÉ MATERIAL ESTABAS PROVISTO”

“MUY POCAS VECES LA GENTE CONOCE EL PROCESO Y ES UNA PENA. ES TAL EL DESCONOCIMIENTO, QUE NO SE SABE QUE EL MONTAJE ES LA ÚLTIMA ESCRITURA DEL GUION”

Madrid, 13 de enero de 2021

Al igual que el montaje es un pilar indispensable en la producción audiovisual, Ángel Armada es de esos profesionales imprescindibles pero silentes, como el director de orquesta que destaca a través de la perfecta ejecución de su orquesta. Y es que, tanto en el montaje como en la postproducción, el último paso en una serie o una película, es responsable de sacar lo mejor del rodaje y de convertir en única una ficción a base de técnica y creatividad en un oficio a caballo entre la orfebrería y la alta tecnología.

P: Se dice que la tuya es la profesión del futuro dentro del sector. ¿Tuviste dotes de adivino cuando decidiste dedicarte a esto o qué fue lo que te llevó a este puerto?

R: Lo que tuve es una vocación por el cine temprana, por lo que desde pequeño tuve claro que estudiaría Imagen y Sonido. Me licencié en una escuela de La Coruña, antes incluso de que existiese la ECAM, y tuve la suerte de hacerlo en un momento muy bueno para los cortometrajes en Galicia y pude participar en varios de ellos. Como en Galicia en aquel momento no había muchas producciones de ficción, continué como auxiliar de un montador primero en Barcelona y luego en Madrid. Combinábamos películas y series y, después de cinco años, decidí emanciparme. Hice también mucha publicidad, pero a mí lo que me ha gustado siempre ha sido contar historias, así que fui enganchando proyectos de ficción hasta que en 2018 surgió la oportunidad de trabajar aquí: Emilio A. Pina me presentó a César Benítez y no pude resistirme a su propuesta.

P: Hasta tu llegada a Plano a Plano siempre habías trabajado como freelance, sin embargo, aquí perteneces a estructura.

R: Así es. Nunca quise entrar en plantilla de las distintas productoras para las que he trabajado, pero cuando me ofrecieron este puesto… vi lo que era Plano a Plano y, sobre todo, visualicé lo que sería trabajar con César. Así que dije: “Adelante”. Sin duda, es un proyecto muy ilusionante y que me permitía involucrarme desde el minuto uno en la creación de los proyectos y aglutinar la faceta más técnica de este oficio con la creativa.

P: Explícate, por favor.

R: Una de las cosas que me animaron a entrar en Plano a Plano fue la oferta de estar en el proceso desde el principio, desde el mismo guion, desde la escritura de la serie… algo que no es habitual en el sector. Aporta mucho, ya que te adelantas a soluciones que de otra forma serían impensables y das ideas e incluso alternativas que, desde el papel, se pueden llevar a cabo en montaje y postproducción. Estar presente desde el guion, además, hace que aportemos incluso en la viabilidad económica.

P: ¿La irrupción de las plataformas ha cambiado en algo la postproducción de las series?

R: La forma de contar sigue siendo la misma, eso es universal. Lo que sí han cambiado las plataformas es la forma de organización y una mayor exigencia técnica. Se involucra más gente en el proyecto.

P: ¿Por qué crees que es así?

R: Bueno, se hacen más dueños del producto, tienen que estar en contacto, en comunicación directa y continua con la postproducción porque ellos tienen clarísimo que ese máster final es su patrimonio.

P: ¿Cuál es la diferencia entre coordinador y supervisor de postproducción?

R: No es lo mismo coordinar que supervisar. El coordinador es el que pone en contacto a todos los departamentos de la producción para que todo llegue a buen puerto: hacer el máser en las fechas acordadas. Con la llegada de las plataformas, esta figura, además, tiene un conocimiento del presupuesto, así como de las necesidades que puedan surgir durante el proceso. Es el nexo de comunicación con el resto de la producción. Y el supervisor, además de todo esto, da el visto bueno a todos los procesos,  empezando por el montaje, músicas, efectos y todo lo que conlleva la postproducción. Mientras que el coordinador no opina, el supervisor sí, ya que tiene ese conocimiento.

P: En tu caso, eres esta última figura, ¿verdad?

R: Yo estoy entre dos aguas: hago todo (risas). Estoy desde el inicio viendo todo el material que entra de la serie. Todo, absolutamente todo lo que se rueda, lo visiono, igual que veo todos los montajes y opino de ellos antes de que le lleguen al director y al productor ejecutivo. Es una figura un poco atípica, capaz de estar tanto en la parte técnica como en la de contenido, pero creo que funciona.

P: ¿Tu rol no está repicado por tanto en ninguna otra productora de ficción de España?

R: Así es, no está. Es un rol que recuerda quizá a los supervisores de edición del Hollywood de los 50, que opinaban sobre la totalidad de la historia.

P: ¿Cómo es tu forma de trabajar? Por lo que dices, eres de los primeros que se incorpora al proyecto y, obviamente, el último que lo abandona.

R: Sí. Bueno, como estoy presente desde que la historia está en el papel, ya en ese momento empiezo a trabajar sobre la idea del montaje desde una óptica artística, creativa: cuál es el estilo del director, qué necesidades de postproducción se van a generar… Cuando se incorporan al proyecto los montadores, hacemos un briefing para definir el tono, la música, ver qué tipo de planos y, en definitiva, dar el estilo de montaje.

P: ¿Es importante saber delegar?

R: Obviamente, sobre todo porque yo tengo una figura un tanto ambigua, tándem entre la parte artística y la técnica. Somos un equipo muy cohesionado en el que la mayoría lleva muchos años y muchos proyectos trabajando juntos. Disfrutamos con ello, y cada uno aporta su granito de arena. Es fácil confiar y trabajar en equipo en este contexto.

P: ¿Crees que el trabajo de montaje es una labor en la sombra?

R: Si, siempre. Muy pocas veces la gente conoce el proceso y es una pena. No tanto por lo que me pueda parecer estar en la sombra, que es algo con lo que no tengo problema, sino más bien porque es tal el desconocimiento que no se sabe que el montaje es la última escritura del guion. Aún gran parte del público desconoce que se rueda todo desordenado, en distintos valores de planos y que es el trabajo de montaje de imagen, sonido y música el que dota a la ficción de la factura final.

P: Y que un buen montaje arregla un mal rodaje…

R: Sí, pero eso solo lo sabe el productor y el director… ¡y no hace falta que lo sepa más gente! (risas). Además, valorar un montaje es muy difícil porque para ello tienes que saber de qué material estabas provisto. Tú puedes valorar un corte, un enfoque, cómo se ha contado la historia, pero si desconoces cuál era la materia prima de la que se ha dispuesto es muy difícil concluir si está o no bien contado, si has sacado o no buen partido o si has dado las soluciones adecuadas. La gente se piensa que es cortar un plano con otro y poner el sonido y ya está.

P: ¿Cómo es el nivel de los montadores en nuestro país?

R: Muy bueno, aquí siempre hemos tenido grandes técnicos y ahora estamos en un momento muy excepcional. Hubo una época en la que los profesionales españoles se querían ir a Los Ángeles a trabajar, pero actualmente desde España se pueden abarcar proyectos muy interesantes de todo tipo de géneros y con proyección internacional.

P: En materia de narración audiovisual parece que está todo inventado. ¿Quizá es la gran oportunidad del montaje para demostrar que, siendo la última escritura de guion como dices, hay formas distintas de contar la misma historia gracias al montaje?

R: Sí, sí… pero hay que dejar claro que nosotros no somos nadie sin un guion y sin el director. Lo bueno que tiene el uso del montaje es que puedes contar la misma historia de diversas maneras y distintos puntos de vista.

P: Tema paridad hombres y mujeres. ¿Algo que alegar?

R: En montaje creo que ha habido menos discriminación que en otros departamentos. De hecho, ten en cuenta que, originariamente, era una profesión que se consideraba de mujeres. Lo importante de este oficio es que, además de saber contar historias con las imágenes y saber cómo narrar con el material del que dispones (imágenes, sonido y música), hay que tener una sensibilidad especial para saber dónde cortar ese plano que cuente lo que necesitas justo de ese personaje en ese momento. Siempre se ha valorado esa sensibilidad femenina, que muchos hombres tenemos también, ojo… pero es una cualidad profesional que siempre ha estado más vinculada a las mujeres.

P: En tu equipo, ¿cómo es la paridad?

R: Bueno, más o menos mitad y mitad… pero dependiendo mucho de quién esté libre en ese momento, del perfil de la historia o de lo que vayamos a contar, llamo a una persona u otra, pero no lo hago tanto buscando paridad, sino la virtud que tenga esa persona para el proyecto concreto más allá de si es hombre o mujer. Por ejemplo, en “Valeria”, la primera temporada fue montada por mujeres y la segunda temporada, por hombres; y en lo que respecta a la segunda temporada de “Toy Boy”, que tiene un perfil más masculino, la han montado mujeres. Cuento con un equipo maravilloso de profesionales. Sin ellos no sería posible sacar adelante los proyectos.